Beneficios de ser parte de la Comunidad Energética Local de tu municipio.

En enero de 2020, el Parlamento aprobó la Resolución de 15 de enero de 2020, sobre el Pacto Verde Europeo (DO C 270 de 7.7.2021, p.2), en la que se formulaba una serie de recomendaciones, entre ellas el suministro de energía limpia, asequible y segura. En este sentido, el Parlamento pidió que se revisara la Directiva sobre fuentes de energía renovables y se fijaran unos objetivos nacionales vinculantes para cada Estado miembro, además de recomendar que se aplicara el principio de «primero, la eficiencia energética» en todos los sectores y políticas.

Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR)

El 27 de abril de 2021 el Gobierno aprobó el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, en adelante PRTR, aprobado por la Comisión Europea el 16 de junio de 2021, y por el Consejo de la Unión Europea el 13 de julio de 2021. El PRTR es un proyecto que requiere la implicación de todos los agentes económicos y sociales con el objetivo de la descarbonización, invirtiendo en infraestructuras verdes, de manera que se transite desde las energías fósiles hasta un sistema energético limpio, en consonancia con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, remitido a la Comisión Europea en marzo de 2020.

El PNIEC 2021-2030 prevé, que, mediante el autoconsumo y la generación distribuida, la gestión de la demanda, el almacenamiento y la flexibilidad, el fomento de las comunidades energéticas locales y la incorporación de energías renovables en el sector industrial, así como medidas específicas destinadas a promover el papel proactivo de la ciudadanía en la <<descarbonización>>, se incremente la diversidad de actores y la existencia de proyectos participativos tanto en la generación de energía renovable como en el conjunto del sistema energético. Estos nuevos actores impulsarán la gestión de la demanda, el autoconsumo, el almacenamiento, los agregadores y el desarrollo de proyectos de energías renovables en cualquiera de sus aplicaciones. El PRTR contempla las Comunidades Energéticascomo un actor clave, además de ser uno de los instrumentos propuestos por la UE para facilitar la transición energética y para avanzar hacia la total electrificación del sistema energético que habrá de basarse exclusivamente en energías renovables logrando así la completa descarbonización de la economía, necesaria en la lucha contra el cambio climático[1].

Comunidades energéticas

Las Comunidades Energéticas suponen un cambio importante en el proceso de transición ecológica, habiendo en España un 70% de dependencia energética, estas ayudarían a cumplir los objetivos fijados para 2030 al reducir las emisiones y sustituir el consumo de energías fósiles por energías renovables. Estas implican un cambio en el esquema de consumo actual, pasando a ser bidireccional, transportándose desde los grandes centros de producción a los centros de consumo y desde centro de consumo excedentarios a otros centros de consumo. Además de hacerlo a través de tecnologías limpias, que van a generar electricidad sin usar combustibles fósiles y contaminantes que lleva aparejada la reducción de gases contaminantes.

Las Comunidades Energéticas aportan tanto beneficios medioambientales como socioeconómicos, pero también han de hacer frente a una serie de barreras que frenan su desarrollo como son la complejidad a la hora de realizar los procedimientos administrativos, la dificultad del acceso a la financiación, la falta de marco normativo, la falta de interés por parte de la ciudadanía o la dificultad a la hora de acceder al conocimiento experto.

Beneficios socioeconómicos

En relación con los beneficios socioeconómicos[2], y teniendo en cuenta la situación actual, uno de los más relevantes sería que el autoconsumo o la generación distribuida que suponen un factor importante para el ahorro económico de muchas familias, especialmente las más vulnerables, pudiendo de esta forma hacer frente a la pobreza energética, priorizándose una economía basada en la cooperación de todos los socios y no en la competencia propia del sistema eléctrico.

Otro de estos beneficios relevantes sería la creación de empleo y la estimulación del desarrollo de negocios locales a través de los beneficios obtenidos mediante la generación de la energía de la misma comunidad energética, lo que a su vez puede generar una mejora de las condiciones de vida en zonas rurales y urbanas y la posibilidad de nuevas inversiones, directa o indirectamente relacionadas con las energías renovables.

A través de las comunidades energéticas se decide cómo,. dónde y cuánta energía se va a consumir, haciendo esto que no solo haya un mejor aprovechamiento de la energía que se genera, consume y almacena a través de la gestión de la demanda, sino que además se haga desde un modelo democrático, con mayor cohesión y equidad social.

En conclusión, la lucha contra la crisis climática pone de manifiesto la importancia de la participación ciudadana en el sector energético, garantizando el derecho de acceso a la energía, así como su contribución a la descarbonización del sistema eléctrico español con el consecuente alivio para el medio ambiente y un importante ahorro en el consumidor final. Las Comunidades Energéticas se constituyen para impulsar y facilitar esta participación de los consumidores en el sistema energético convirtiendo a las personas (ciudadanos, empresas micro/pequeñas/medianas o autoridades locales) participantes en ellas en prosumidoras (consumidoras y productoras) de su propia energía limpia, así como participando y ejerciendo la toma de decisiones internas desde un modelo basado en la gobernanza democrática.


[1] “Guía jurídica para la constitución de comunidades energéticas” Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA)

[2] Fuente: IDAE, Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía