En las colinas de la Sierra Sur sevillana y junto al río Corbones descansa El Saucejo, un lugar conocido por sus manantiales y sus pequeñas comunidades: Navarredonda y La Mezquitilla. Aunque se estableció como municipio en el siglo XIX, la región tiene raíces ancestrales, habitada desde tiempos prehistóricos. Los vestigios más notables se encuentran en las afueras, en el yacimiento ibero romano de Los Baldíos.
La historia de El Saucejo se entrelaza con la Casa de Osuna a finales del siglo XVI, cuando esta noble casa creó una serie de fincas para explotar económicamente la tierra en lo que antes era parte de la frontera entre el mundo musulmán y cristiano, conocida como la banda morisca. Uno de los testimonios de este tipo de asentamientos es la hacienda de San Pedro, que aún conserva su capilla y parte de sus estructuras.
De algunas de estas fincas surgieron pequeñas comunidades, siendo El Saucejo la más destacada por su población. Su origen probablemente esté ligado a la unión de los cortijos Alto y San Vicente, expandiéndose hasta convertirse en Puebla en el siglo XVII, aunque hoy solo quedan dos de las cuatro aldeas originales. En 1661, Puebla de El Saucejo fundó su propia parroquia y en 1838 obtuvo el estatus de municipio según un decreto real de la época de Isabel II, comenzando así su existencia como pueblo de El Saucejo.
La ubicación estratégica de El Saucejo, en las proximidades de la Sierra de Cádiz y el centro de Andalucía, lo convirtió en frontera con el reino de Granada durante la Edad Media. De su pasado árabe, solo queda la Fuente del Moro, considerada una joya del agua y protegida como Bien de Interés Cultural.
Explora el patrimonio histórico de El Saucejo y sus aldeas para sumergirte en su historia y disfrutar de su entorno natural. Muchos visitantes eligen este lugar para practicar senderismo y cicloturismo.
En cuanto a la gastronomía, destaca por sus embutidos y platos elaborados con productos locales. Y qué mejor momento para probarlos que durante sus festividades. Ah, y no te olvides del pan, aquí se sigue horneando al estilo tradicional.
